Durante la guerra fría el comunismo internacional jugó
siempre a lo mismo: arrogancia, amenaza militar y recule diplomático. Kruschev
lanzó epítetos contra el imperialismo y puso misiles en Cuba, para luego
abrazarse con Kennedy.
Es la estrategia del irrespeto. Chávez la utilizó. Maduro lo
sigue a él y a sus maestros cubanos, que le metieron a Latinoamérica el Caballo
de Troya de la insurgencia armada.
Las sobreactuadas reacciones por la visita de Capriles y la
relación de Colombia a la OTAN son una versión de ese juego político. Colombia
no es ingenuo y tiene intereses calculados.
¿Cómo juega Maduro? Ante la mala economía e inestabilidad
política, agita el anticolombianismo contra Santos. La amenaza: retirar el
apoyo a las negociaciones con las Farc.
¿Cómo juegan las Farc? Mermadas militarmente, pero
arrogantes, oyen al Foro de Sao Paulo - supérstite del comunismo internacional-
según el cual es más fácil el poder con urnas que con armas. Tienen el
socialismo bolivariano y la Unasur, con enclaves en Centroamérica, en el sur y
enlaces internacionales unidos por el odio a EUA y el desprecio por la
democracia. La amenaza: si no se firma la paz con ventajas, continuarán su
narcoterrorismo.
Adaptación: Liliana Ibarra Galavis
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