
Ha sido Hurtado Cano un fogoso personaje de la política conservadora en Risaralda y así lo ha demostrado en su paso por las más diferentes posiciones desde Concejal en su municipio, La Celia, hasta Congresistas y Embajador en Israel.
Tanto en su trabajo político como en las posiciones ocupadas, la honestidad, la ética, la entrega y dedicación, así como el afán de servicio a las comunidades han sido como la impronta que lleva siempre consigo para exteriorizar la imagen de un ciudadano ejemplar en todos los terrenos.
Y en su partido conservador ha descollado por méritos propios que le llegan desde el comienzo de su camino con actitudes vehementes, a veces de rebeldía, pero permanentemente en la defensa vigorosa de los mejores postulados, de los principios doctrinarios y de la ideología, que parecen haberse abandonado por parte de muchos de quienes ahora fungen como dirigentes visibles, otros no tanto, de la colectividad conservadora.
Juan Hurtado Cano se apresta una vez más a librar otra de sus grandes batallas. En todo momento lo hemos conocido librando batallas. Incluso mucho tiempo a su lado lo hemos acompañado de corazón y físicamente.
Sorprendente, en verdad, este dirigente de la región que espera ahora recoger los frutos de la cosecha política, propósito en el cual lo acompañan sus amigos de todo momento.
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