4 de septiembre de 2013 a la(
Hoy vivo el momento más difícil de mi vida. Está en juego una larga trayectoria de compromiso constante con los colombianos. He conseguido las mayores dignidades gracias al cariño ciudadano. He honrado mi palabra como hombre público. Orgullosamente, me he ganado la confianza de las personas del común a través del trabajo duro y los resultados visibles.
Luego de que la Corte Suprema de Justicia expidiera una orden de captura en mi contra, y de que me presentara voluntariamente ante el CTI en Bogotá el pasado 29 de agosto, me encuentro privado de mi libertad. Fui sometido a indagatoria el viernes 30, donde me enteré que se me imputa el delito de concierto para delinquir agravado por promoción de grupos paramilitares.
Los hechos que respaldan la acusación son dos:
La versión otorgada por Alias "El Tuso" -uno de los 12 personajes extraditados en mayo de 2008 por el gobierno de Álvaro Uribe- quien en 2010 aseguró haberle entregado a un miembro de mi equipo político, Francisco Zapata, 10 millones de pesos destinados a mi campaña, en presencia mía, en una reunión realizada entre 1998 y 2002, es decir en un lapso indeterminado de 4 años. Eso es totalmente falso, jamás he conocido, ni siquiera visto en persona a Alias "El Tuso", ni recibido dinero alguno de él ni de criminal alguno, ni directamente ni a través de interpuesta persona. No solamente me encontraba en Washington como Embajador ante la OEA hasta marzo de 2001, sino que el mismo Alias "El Tuso" -en declaración dada por videoconferencia desde una cárcel de Nueva York ante el Magistrado de la Corte Suprema Iván Velásquez el 20 de mayo de 2011- se retractó espontáneamente de esa acusación y dijo nunca haberme conocido ni haber hecho aporte económico alguno a ninguna de mis campañas. Esa retractación está grabada y en poder de la justicia. No tengo idea por qué hizo la acusación inicial, ni por qué mientras se encontraba en custodia de las autoridades penitenciarias de los Estados Unidos y en completo aislamiento, se retractó.
Una reunión realizada en Bello, Antioquia, con Iván Roberto Duque, en julio de 2004, que se llevó a cabo en el marco del acuerdo de desmovilización de las autodefensas (firmado por el gobierno el 15 de julio de 2003). Dicha reunión se realizó durante la vigencia de un cese unilateral de hostilidades verificado por la OEA, en el mismo mes en que los jefes paramilitares Mancuso, Isaza y Báez hablaron ante el Congreso de la República en presencia de congresistas, varios embajadores y delegados internacionales. Como Senador de la República, esa reunión tuvo por objeto únicamente escuchar las opiniones de los jefes paramilitares con respecto al proceso de paz que se adelantaba en ese momento. Voté favorablemente la Ley de Justicia y Paz, que se tramitó tal como la presentó el gobierno, sin modificación alguna en su articulado. Si escuchar a delincuentes con el propósito de que dejen de delinquir es un delito, no solamente los guerrilleros, sino también los negociadores del gobierno que hoy se encuentran en La Habana tendrían que pasar de la mesa de negociación a la cárcel.
Durante los 4 años en que estuve al frente de la Gobernación de Antioquia (2008-2011) fueron sometidos (entre dados de baja, capturados y personas que se entregaron) 4.447 miembros de las Bacrim, estructuras derivadas de grupos paramilitares que no se desmovilizaron.
Tengo un agradecimiento eterno con todas las voces espontáneas que me llegan en estas dificultades. Todo ese apoyo es la energía que me mueve a dar una lucha incansable para recuperar mi libertad. Mantendré, al lado de mi familia, la frente en alto y la consciencia en paz. Acompáñenme a librar esta batalla contra la infamia.
Durante los 4 años en que estuve al frente de la Gobernación de Antioquia (2008-2011) fueron sometidos (entre dados de baja, capturados y personas que se entregaron) 4.447 miembros de las Bacrim, estructuras derivadas de grupos paramilitares que no se desmovilizaron.
Tengo un agradecimiento eterno con todas las voces espontáneas que me llegan en estas dificultades. Todo ese apoyo es la energía que me mueve a dar una lucha incansable para recuperar mi libertad. Mantendré, al lado de mi familia, la frente en alto y la consciencia en paz. Acompáñenme a librar esta batalla contra la infamia.
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