viernes, 31 de mayo de 2013

EL PROCURADOR: ¿UN POLÉMICO DE TALLA PRESIDENCIAL?.



EL SOLO RUMOR DE SU CANDIDATURA PRESIDENCIAL ASUSTÓ A MUCHOS Y HASTA LOS FURIBUNDOS ATEOS SE SANTIGUARON

Oscar Hincapié Velásquez

Nunca antes un personaje de la vida nacional había levantado tánta polvareda como el actual Procurador general de la nación Alejandro Ordóñez. Calificado como ultraderechista y con un largo historial de actuaciones po lo menos deconcertantes no vacila un solo momento en defender a capa y espada sus principios y creencias que, aseguran,  influyen en su accionar al frente del Ministerio Público y sus críticos consideran que se desvirtúa así el verdadero sentido de las funciones que debe cumplir este Despacho.
Sus controversiales actuaciones frente a la opinión pública surgen por los temas sensibles de todos lados. Hace poco se dijo que estaba negando el holocausto judío. Fue de tal magnitud que la Confederación de comunidades judías intervino, se allegaron los pro y contras y al final fumaron la pipa de la paz: “En ningún momento he negado el holocausto judío”, dijo y todos contentos. Temas como la dosis personal, el aborto, las parejas del mismo sexo le han servido para exhibir sus creencias que expone sin tapujos, aún con encontrones como cuando defendió su derecho a oponerse al aborto y una tutela por obstaculizar decisiones de la Corte Constitucional en este sentido lo obligaron a retractarse lo cual hizo en forma por demás inteligente. Sus críticas frenteras a los diálogos gobierno-guerrilla de La Habana calientan el ambiente a diario y permanentemente dice que si en este proceso hay impunidad y no se repara a las víctimas él prefiere renunciar.
Mostró su garra política cuando anunció su aspiración a ser reelegido y provocó una crisis entre      las mismas instancias nominadoras (Corte Suprema de Justicia, Consejo de Estado y Presidente de la República), dando la sensación de disputarse entre sí su nominación. Finalmente fue la Corte  y entró pisando fuerte al Senado que lo reeligió por aplastante mayoría. Por estas y muchas otras actuaciones la prensa y amplios sectores de opinión venían  hablando de su candidatura presidencial, aunque prefirió no escuchar los cantos de sirena y continuar con su labor, opinando y produciendo fallos, polémicos la mayoría de las veces. Pero recientmente le tributaron un homenaje en Medellín y se desparramó con frases que de inmediato le colgaron la candidatura presidencial. Amenazó con renunciar “si hay paz con impunidad”, al tiempo que volvió sobre sus temas preferidos, el aborto: “es una desgracia que anualmente aumente el número de hijos que van a dar a la basura antes de nacer” y sobre las parejas del mismo sexo: “nuestra constitución establece que el matrimonio es una relación familiar, que se constituye por  un vínculo jurídico que une a un hombre y una mujer, lo cual excluye uniones poligámicas y homosexuales”.
Alejandro Ordóñez no es ahora candidato presidencial pero la polémica está servida y sus detractores dicen que sería una amenaza para la democracia y hasta se jactan aún con su hipotética renuncia, al tiempo que su legión de admiradores lo ven como un valiente y demócrata que defiende valores y principios esenciales en la nacionalidad colombiana.

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