En jardín (así se llamaba entonces lo que hoy es "educación infantil", mire usted) empecé a estudiar con una cartilla que todavía recuerdo perfectamente: la A de "araña", la E de "elefante", la I de "iglesia" la O de "ojo" y la U de "uña". Luego, cuando eras un poco más mayor, llegaba "El Gordito de Petete", un librito con poco más de 100 páginas y un montón de lecturas, no como ahora, que pagas por tres tomos llenos de dibujos que apenas traen texto. Eso sí, en el Gordito, no había que colorear ninguna página, que para eso teníamos cuadernos.
En Primaria estudiábamos Lengua, Matemáticas, Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, Plástica (dibujo y trabajos manuales), Música y Educación Física. En 6º de Primaria, si en un examen tenías faltas de ortografía del tipo de "b en vez de v" o cinco faltas de acentos, eras candidato a repetir el grado.
En Bachiller, estudié Historia Mundial, Química, Literatura y Mecanografía. Leí El Quijote y el Lazarillo de Tormes; leí las "Coplas a la Muerte de su Padre" de Jorge Manrique, a Garcilaso, a Góngora, a Lope de Vega o a Espronceda... Pero, sobre todo, aprendí a hablar y a escribir con corrección. Aprendí a amar nuestra lengua, nuestra historia y nuestra cultura.
En castellano existen los Participios Activos como derivado de los tiempos verbales. El participio activo del verbo atacar es "atacante"; el de salir es "saliente"; el de cantar es "cantante" y el de existir, "existente". ¿Cuál es el del verbo ser? Es "ente", que significa "el que tiene entidad", en definitiva "el que es". Por ello, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad o ejerce la acción que expresa el verbo, se añade a este la terminación "-nte".
Así, al que preside, se le llama "presidente", independientemente del género (masculino o femenino) del que realiza la acción, pero nunca "presidenta".
De manera análoga, se dice "capilla ardiente", no "ardienta"; se dice "estudiante", no "estudianta"; se dice "independiente" y no "independienta"; "paciente", no “pacienta"; "dirigente", no dirigenta"; "residente", no "residenta”, “soldado” no soldadesa,
Y ahora, la pregunta:
¿Nuestros políticos y muchos periodistas (hombres y mujeres, que los hombres que ejercen el periodismo no son "periodistos"), hacen mal uso de la lengua por motivos ideológicos o por ignorancia de la Gramática de la Lengua Española?
Creo que por las dos razones. Es más, creo que la ignorancia les lleva a aplicar patrones ideológicos y la misma aplicación automática de esos patrones ideológicos los hacen más ignorantes (a ellos y a sus seguidores).
No me gustan las cadenas de correos electrónicos (suelo eliminarlas) pero, por una vez, les propongo que pasen el mensaje a los amigos y conocidos, en la esperanza de que llegue finalmente a esos ignorantes semovientes (no "ignorantas semovientas", aunque ocupen carteras ministeriales).
Lamento haber aguado la fiesta a un grupo de hombres que se habían asociado en defensa del género y que habían firmado un manifiesto.
Algunos de los firmantes eran: el dentisto, el poeto, el sindicalisto, el pediatro, el pianisto, el golfisto, el arreglisto, el funambulisto, el proyectisto, el turisto, el contratisto, el paisajisto, el taxisto, el artisto, el periodisto, el taxidermisto, el telefonisto, el masajisto, el gasisto, el trompetisto, el violinisto, el maquinisto, el electricisto, el oculisto, el policío y, sobre todo, ¡el machisto!
Porque no es lo mismo ser UN CARGO PÚBLICO que UNA CARGA PÚBLICA.
Si están de acuerdo, pásalo, tal vez llegue a los comunicadores y aprenden a hablar con propiedad.
Correo cuyo envío agradezco al Doctor Jaime Escobar Vallejo
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