
Para hacerlo escogió la paradisíaca ciudad de Santa Marta y vistió las instalaciones de la Universidad Sergio Arboleda con las banderas, estandartes, pasacalles, impresos del Puro Centro Democrático sobre el que cabalga fogosamente hacia la reconquista del poder. "Colombia piensa en grande" es un lema que pareciera ser adecuado para los objetivos del uribismo pura sangre como graciosamente lo denominan en medios de prensa.
Como en otros de sus recientes actos Uribe se hizo acompañar de los personajes que dentro de su movimiento son considerados de talla presidencial: Francisco Santos, Carlos Holnes Trujillo García, Oscar Iván Zuluaga (ya en campaña, muy activo), Juan Carlos Vélez Uribe y por supuesto la exMinistra de Defensa Martha Lucía Ramírez, quien expresó públicamente y en carta al D.N.C.que quiere encarnar una candidatura presidencial en nombre de la colectividad conservadora. También estuvieron José Félix Lafaurí y el exCongresista y exGobernador de Antioquia Luis Alfredo Ramos, por mil títulos una buena carta política de Uribe, al parecer el gallo tapado que tiene en mente.
Cuando todos esperaban que anunciara el encabezamiento con su nombre de la lista al Senado de la República, el exPresidente se abstuvo de pronunciarse sobre el tema y, obviamente, de dar a conocer a respectiva lista que, al decir de politólogo y estudiosos de la materia, podría sacar entre 20 y 30 curules, aunque el santismo solo le otorga la cantidad de doce.
La oposición es frontal a Juan Manuel Santos, de quien dicen ha desviado totalmente el sentido de la seguridad democrática que fue pilar esencial en los dos períodos presidenciales de Uribe. "Hoy Colombia está postrada en el más angustioso y preocupante estado de inseguridad", señalan lo dirigentes del estado mayor del Puro Centro Democrático.
También hay otros temas justificables, según ellos, para la oposición a Santos, como el mal manejo que le ha dado al reciente fallo de la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya, que le arrebató casi 100.000 kilómetros cuadrados de mar territorial sobre los cuales tiene desde hace años sus derchos y se los pasó a Nicaragua. Pero el que más concita el interés del uribismo ahora es lo referente a los diálogos gobierno-guerrilla en La Habana. Este proceso es altamente cuestionado por el propio Uribe, quien señala como una "farsa" dichas conversaciones.

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